Arte y Crítica

Columnistas - mayo 2013

Himnos y paradojas. Traducciones del (ser) republicano

por Rodolfo Andaur

Claudio Correa es reconocido en este país como uno de los artistas que han expandido sus propuestas hacia la mítica historia de la pintura chilena. Y, es en la Galería Patricia Ready, donde esa visión estalla junto al título “Cuatro formas de ser republicano a la distancia”.

En Latinoamérica, la producción de arte de los últimos años ha revelado una suspicaz forma de analizar la visión sociopolítica del origen de nuestras republicas. Y este análisis comienza cuando nos enfrentamos a los asuntos propios que cuestionan el rol de quienes nos gobiernan. Es por eso que, la incógnita sobre esta locución de qué es la republica y qué significa lo republicano, ha implantado, en algunos artistas visuales, una estructura que les ha permitido ahondar en esa especificidad que envuelve el concepto que parte desde sus propios cimientos. Y, aunque no es posible, desde la investigación curatorial, rescatar muchos casos, en unos pocos advertimos símbolos y códigos que han embrollado el análisis que los creadores poseen sobre lo republicano. De esta manera, lo que ellos nos sugieren es conectarnos con los contenidos inherentes de estas administraciones republicanas.

Al contar con estos antecedentes y, sí nos enfrentamos a la letra y musicalización de La Marsellesa (himno de Francia), podemos dilucidar ciertas estructuras con las cuales son regidos los estados republicanos latinoamericanos. Aunque en esta canción se remarca un relato que radicalmente no se adhiere a la identidad política de las historias del régimen republicano impuesto en nuestro continente.

Claudio Correa, "Cuatro formas de ser republicano a la distancia", 2013, Galería Patricia Ready, cortesía del artista.

Claudio Correa, “Cuatro formas de ser republicano a la distancia”, 2013, Galería Patricia Ready, cortesía del artista.

Entonces, ante el reducido espacio que posee el arte en Chile, analizar los entretelones de los orígenes de la formula republicana provoca una inocua reacción para la escena. Sin embargo, en esta propuesta de Claudio Correa “Cuatro formas de ser republicano a la distancia” aparece como una revisión del carácter con el cual arremete el sentido republicano y las paradojas de los estados republicanos. Así, Correa nos propone inspeccionar, a través de La Marsellesa, cual es la concepción real que se ha comprendido desde sus variadas adaptaciones, y el sentido actual de los proyectos republicanos.

El artista destaca dentro de dos vitrinas una serie de instrumentos hechos en cera y que yacen calcinados por la acción del fuego. Y frente a esta vitrina es posible observar las letras de la Marsellesa Socialista, la Marsellesa Anarquista, la Marsellesa del Partido Apra del Perú y la Marsellesa de la II República de España. Éstas han sido enmarcadas en su conjunto y, ciertamente, oficializan un replanteo que estalla en los albores de esos cuatro himnos distintos que nos invitan a desplazar una visión crítica. Por lo tanto, el dilema de la Marsellesa no pasa por un hecho literal, sino por la sincronía que sustenta su contenido. Aquí, lo que ajusta el artista no es solo un estudio sobre la traducción o la interpretación de la letra de esta canción, sino lo que ésta representa para el ideario republicano.

Claudio Correa, "Cuatro formas de ser republicano a la distancia", 2013, Galería Patricia Ready, cortesía del artista.

Claudio Correa, “Cuatro formas de ser republicano a la distancia”, 2013, Galería Patricia Ready, cortesía del artista.

Por lo demás, también esta exposición cuenta con un video en donde un grupo de personas emula la interpretación de La Marsellesa. Un registro performático que Correa dirige para reflexionar sobre ciertas idealizaciones que construye nuestra sociedad a través de la imagen audiovisual. Asunto que nos conduce a las ideas que hoy son enseñadas y promovidas por los gobiernos y políticos de turno a través de discursos que apuntan a la libertad, soberanía, igualdad y participación política. Pero ya sabemos que esta situación, en ninguno de los casos, puede ser homologada a lo que creemos de la republica.

De este modo, desde “Cuatro formas de ser republicano a la distancia”, el enfoque que le otorgamos como espectadores a todo nuestra historia cultural y lo que leemos de ella altera esa incógnita de ser o no republicano. Es más, nos acerca al rigor conceptual de un himno que se transformó en referente para otras partituras y que ha sido interpretado a través de sigilosas consignas y utópicos versos.

Finalmente, no puedo marginar de este análisis los dichos de Simón Rodríguez –padre intelectual de Bolivar– “No tenemos ciudadanos para hacer República y no podemos regresar a la Monarquía, inventamos o erramos”. Éste señor nos planteó que somos nosotros, ‘los hispano parlantes’, los responsables de perpetrar un sistema político que configure a latinoamerica y sus democracias. Porque ante la traducción e interpretación de algunos textos y, en este caso, letras de insignes himnos, hemos generado defectuosas ficciones sobre el ideal de república que hemos querido edificar. Y, ciertamente, serían esas las deformaciones lingüísticas que exponen lo vulnerables que somos al momento de comprender la republica. Tema que no solo nos invita a reflexionar sobre los mitos fundacionales de un país, sino que sobre estas “Cuatro formas de ser republicano a la distancia”.

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