Una de las herramientas más efectivas que ha utilizado el arte contemporáneo para denunciar la violencia contra la mujer es la utilización del cuerpo, entendido éste en su amplio sentido social y cultural. En el contexto latinoamericano algunas de estas acciones han adquirido una nueva dimensión basadas en el empoderamiento de la mujer (artista) como dispositivo crítico frente a la institucionalidad