Ponencia para la exposición “Bosque Invisible” realizada en el Centro Cívico Cultural El Bosque en marzo del 2012 para personas no especializadas en la relación entre arte y tecnología
Comencemos definiendo que es un medio, en palabras simples. Según el diccionario de la Real Academia Española, en el sentido que nos interesa (ya que la palabra posee más de treinta usos) medio significa “cosa que puede servir para un determinado fin”. Es decir, un medio es una herramienta, algo útil. Es así como existe una diversidad de medios como los de transporte, los industriales, los de comunicación, los artísticos y variados otros compatibles con la variedad de profesiones y oficios que se practican en nuestra sociedad. Hoy se habla de los nuevos medios, para las comunicaciones y el arte, han de haber existido por lo tanto los viejos. Hagamos la distinción.
Para la producción, reproducción y difusión de información de naturaleza diversa, medios han existido desde tiempos remotos. Desde el propio cuerpo, pasando por la palabra, la imagen, la escritura, el grabado y la imprenta (aparecidos entre la antigüedad y los inicios de la modernidad) arribando al telégrafo, al teléfono, a la cámara fotográfica, a las cámaras de cine y video, a los reproductores de sonido y la televisión en la época industrial, hasta llegar a los ordenadores, a Internet, al teléfono móvil y la Web en estos tiempos llamados post industriales.
Cuando la máquina desplazó en protagonismo a las manos para realizar diferentes oficios, cuando las personas abandonaron los campos y repletaron las fábricas, los medios comenzaron a tener un carácter claramente masivo, es decir, cuando a través de procesos técnicos fueron capaces de producir, reproducir y difundir información idéntica, en grandes cantidades y para muchas personas, aportando al surgimiento de la llamada cultura de masas, donde se procuró que nos vistiéramos con trajes idénticos, que idénticas fueran nuestras ideas y nuestra forma de vida en general fuera lo más parecido al uniforme. A este momento de la historia lo llamamos Revolución Industrial, siglo XVIII en adelante.
La era industrial junto con sus predecesoras descubrieron, inventaron y utilizaron lo que clasificamos como viejos medios, es decir, “cosas o herramientas que funcionan mediante un flujo continuo de información” lo que se denomina “analógico”. A diferencia de los nuevos medios que funcionan mediante una fragmentación de la información, cortándola y procesándola paso a paso, con mayor detalle, y que se denomina “digital”.
Pero ¿cómo surgen los nuevos medios? Partamos diciendo de ellos que sin el desarrollo de la informática, no serían posibles. La necesidad de almacenar, procesar y clasificar información, en grandes cantidades y con mayor precisión y simpleza a como lo hacían los sistemas analógicos, dio paso al desarrollo de esta disciplina, cuyas principales características son el uso de computadores, de sistemas electrónicos y del lenguaje digital.
Según el teórico Ruso Lev Manovich la principal cualidad de los nuevos medios, es la de ser digitales, vale decir, la de procesar información a partir de un código binario compuesto de ceros y unos. Este lenguaje de números transforma la información en dato informático y la vuelve manipulable con facilidad, la vuelve computable. En la época post industrial, el ingreso a este orden de todo lo existente mediante la transformación de los viejos medios en nuevos es parte del juego. Pero cabe señalar, que los medios y en general las tecnologías analógicas no han sido desechadas. Estas siguen siendo empleadas en ámbitos donde su desempeño es insuperable. Igualmente se construyen medios mixtos, donde se utiliza lo mejor del pasado y lo mejor del presente. Pero pese a todas las ventajas de lo digital por sobre lo analógico, que van desde la simpleza, pasando por la economía de recursos para su elaboración, hasta su eficiencia, hay una sola gran desventaja: “el mundo físico es esencialmente analógico”, por lo cual lo digital no puede prescindir de lo analógico en su relación con el mundo físico.
Del mundo físico proviene la electricidad, energía que utilizamos desde la revolución industrial para poner en movimiento a nuestra sociedad día tras día. Esta forma de energía, fácil de generar y en potencia abundante, proviene de la unidad de materia más irreductible, el átomo, el cual posee un núcleo compuesto de al menos un protón y un neutrón, de cargas eléctricas positivas y neutras respectivamente, el que es rodeado por electrones de carga eléctrica negativa que se mueven a gran velocidad. La interacción entre cargas de signo distinto, las cuales se atraen mutuamente, genera la energía que llamamos electricidad. Esta no habría sido posible de utilizar sin los inventos que permitieron la generación de corriente eléctrica, su distribución masiva y manipulación segura, todos realizados entre los siglo XVIII y XX (o que no significa que el ser humano no haya sabido de la existencia de la electricidad con anterioridad)
La disciplina que se encarga de estudiar y manipular la electricidad se denomina electrónica. Es una rama de la física y de ingeniería dedicada al manejo y procesamiento de señales captadas del mundo físico, a través de fuentes básicas como micrófonos y censores. Estas señales, al ser procesadas, se convierte en información, numérica, visual, auditiva, térmica, etc. Pero todo esto acontece dentro del circuito electrónico, un conjunto de elementos cuyas funciones son ingresar una señal eléctrica, procesarla y entregarla finalmente como información. El circuito electrónico lo componen básicamente una entrada, un procesador, una salida y una fuente de poder (por donde ingresa la electricidad). Los circuitos electrónicos pueden ser analógicos (es decir que funcionan por medio de un flujo continuo de información), digitales (que convierten la información en números, utilizando un código binario de 0 y 1) o mixtos, que integran ambas formas. Se han predispuesto así los tiempos de la máquina, de la electricidad, de los tiempos del código numérico, de los circuitos electrónicos, tiempos que no habrían llegado sin los aportes de la ciencia y la tecnología. Dos términos que debemos revisar.
¿Qué podemos entender hoy por ciencia? La palabra viene del latín scire, que refiere a una forma de conocer el mundo desde la razón y la lógica, refiere también a la acumulación de este conocimiento, organizado en disciplinas que estudian temas específicos, las cuales pueden transmitir el conocimiento que han acumulado. La ciencia busca ir más allá de las apariencias para indagar en las causas de los hechos, que nunca se muestran de manera evidente o superficial. Hoy la tecnología surge de la ciencia aplicada, llamada “investigación y desarrollo”. Vinculada mayormente a la ingeniería, la tecnología es desarrollada para resolver problemas prácticos, a través de la producción de objetos pensados para cumplir una función determinada, es decir, de artefactos.
Si hablamos de medios artísticos, podemos decir que son el lugar físico donde el artista logra dar vida a sus propósitos. Pero que entendemos por arte, no está demás definirlo, sino todo lo contrario. Etimológicamente, la palabra viene del latín Ars, que a vez traduce a la palabra griega techné. Estas aluden a la pericia o habilidad en la producción de algo, al “buen hacer”. Hoy podemos definir al arte como una actividad humana que permite comunicar y expresar valores culturales, ideas, emociones y sentimientos a través de medios utilizados estéticamente. Pero ¿qué podemos entender por estética? En parte nos quedamos con los significados de sus raíces griegas, aisthesis e ica, que aluden a la sensación y la sensibilidad la primera y a lo relativo la segunda. La estética es por lo tanto “lo relativo a la sensación y a la sensibilidad”, por lo que se vincula a la emoción y a los sentidos. Pero también es lo relativo a la reflexión por lo que se vincula a lo racional. Dichos vínculos siempre se dan, sobre todo en el arte, a partir de formas construidas con medios y lenguajes diversos.
El arte está también asociado al concepto de obra de arte, como producto del trabajo del artista quien utiliza diversos lenguajes (el color, la línea, la palabra, el sonido, el volumen, el espacio, el movimiento, etc.) y medios técnicos y tecnológicos a su disposición para estimular los sentidos, la reflexión y la imaginación de las personas. El artista entrega un punto de vista a través de su obra, un conocimiento de sí mismo y del mundo que lo rodea, el cual ha construido a través de su historia de vida.
Pero ¿cómo se relacionan la ciencia, la tecnología y el arte? Primero, se generan estéticas a partir de la actividad científica, es decir, se generan formas. Segundo, el arte se acerca a la ciencia de manera simbólica, es decir, de manera indirecta, haciendo referencias a ella desde la distancia. Tercero, ya se dijo que los artistas utilizan los medios técnicos y tecnológicos a su disposición para realizar sus obras, por lo que se produce aquí un punto de encuentro, una relación directa.
En resumen, puntualmente los artistas, en relación a la tecnología, indagan en la mecánica de los artefactos, en su funcionamiento. Emplean la tecnología como un medio para producir obra, vale decir, para generar formas sensibles y a través de ellas transmitir información. O también hacen referencias simbólicas a la actividad científica a través de otros medios.
Pero los medios, viejos y nuevos, implican usos y aprendizajes. Hoy existe una vorágine por desarrollar y vender tecnología por parte de las empresas dedicadas al rubro, las que bajo la lógica de la obsolescencia programada y con ayuda de la publicidad, intentan crear la necesidad social, colectiva, de renovar artefactos con creciente rapidez siendo que estos podrían fabricarse para durar muchísimo tiempo. Pero en esta vorágine tecnológica también se mejoran los artefactos, haciéndose más eficientes y económicos en lo posible. Se avanza junto con el conocimiento, se mejora la vida, pero amarrando a las personas a las trampas del libre mercado: solo con dinero se participa del avance.
En este vínculo, por un lado, existe la lógica del ingeniero que diseña tecnologías con funciones y usos potenciales, por el otro, está la lógica de los usuarios que adaptan las tecnologías a las necesidades, los valores y las aspiraciones que orientan sus vidas día tras día. Finalmente, la mezcla entre ambas lógicas define la suerte de cada nuevo o viejo medio dentro de la sociedad. A este proceso de adaptación social de las tecnologías se le llama “inercia social”. Según el teórico español José Luis Brea, la aparición de cada nuevo medio de comunicación masivo plantea siempre la misma pregunta: cómo hacer posible un espacio común para las personas, es decir, un espacio público en el que se puedan expresar sin ser anuladas.
En el caso de Internet, una forma de interconexión lógica y descentralizada de computadoras en forma de red y de alcance mundial, junto a la Web y el e-mail, son respuestas positivas a esa pregunta ya que los usuarios pueden expresar sus puntos de vista particulares y a la vez participar de actos colectivos, logrando aportar a la profundización de la democracia, al esquivar en parte las trampas del libre mercado.
La televisión digital también aporta a la profundización de la democracia, al permitir que canales de televisión pequeños, como los vecinales por ejemplo, puedan ingresar a la señal abierta junto a los canales ya existentes. También al permitir la transmisión en señal abierta de contenidos no comerciales a través de señales alternativas de canales ya existentes. Es lo que se espera de su implementación en Chile, junto con las mejoras en la calidad de la imagen y el sonido, la diversificación de la información y una mayor interactividad con los televidentes. Interactividad, un fruto de la relación entre la tecnología y el mundo físico, que permite hacer del uso de un artefacto algo exclusivo (normal dentro de una sociedad post industrial) dónde, como dice Lev Manovich, se valora la originalidad, el objeto único hecho para el individuo único. Es decir, según el marketing se puede fabricar un estilo de vida a la medida. La lógica de los nuevos medios refleja esta nueva forma social.
Por ejemplo, la marca de autos alemana Audi que al imaginar la movilidad en las ciudades del futuro, con diseñadores, sociólogos y arquitectos de diversos lugares del mundo, está ampliando la lógica de interactividad que acompaña a los nuevos medios, orientándola al uso colectivo de los ciudadanos. En las tres versiones de su evento anual Audi Urban Future Initiative se ha proyectado una estrecha colaboración entre el mundo digital y el físico (que sabemos es análogo) al proponer “calles inteligentes” programadas que controlen el tráfico y dialoguen con los conductores y peatones, al utilizar también las redes digitales para interconectar a los automovilistas y peatones con la infraestructura urbana y sacarle mejor provecho con prototipos de autos electrónicos económicos, más pequeños y livianos para que circulen en las ciudades.
Para el arte la novedad no implica un giro en 180 grados, sino una oportunidad para integrar a los viejos medios o analógicos con los nuevos medios o digitales para construir los lugares físicos de las obras tomando lo mejor de cada uno. La historia del arte ha demostrado que los medios se van acumulando en el tiempo y que los más antiguos conservan su lugar, sumándose los nuevos.
El título de esta ponencia “solo porque uno tiene un sintetizador no va a deshacerse de un piano de cola” es una frase dicha por Heinrich Klotz, fundador del Centro de Arte y Tecnología de los Medios de la ciudad alemana de Karlsruhe, la cual resume de manera simple y clara, la relación entre los viejos y los nuevos medios en el arte: El peso de la historia de la humanidad, se deja caer en los brazos del arte.
Para dar un ejemplo de lo que pasa en Chile con la relación entre arte, tecnología y medios, presentaré un texto que escribí entre los años 2008 y 2009 sobre la obra de Yto Aranda publicado en la Revista digital Arte y Crítica:
Un Aposento de Aparatos Electrónicos. Sobre la obra de Yto Aranda
por Pedro Pablo Bustos BeltránCasi humanos, como los androides perseguidos en la película Blade Runner de Ridley Scott (1982), donde estos nos superaban en dotes e incluso comenzaban a sentir y experimentar, peligrosamente, las heridas y esperanzas que habilitan a los estados sensibles...Toda ficción visionaria, con un pie en la quimera y otro en la realidad, será finalmente alcanzada y aventajada por el presente.
Textos referenciales.
- Bayer, Raimond. “Historia de la estética”. Sexta edición. Fondo de Cultura Económica. México. 1996.
- Benjamin, Walter.”Conceptos de filosofía de la historia”. Terramar Ediciones. Primera Edición. La Plata. 2007.
- Brea, José Luis. “E-ck”. Capitalismo_cultural¬_electrónico. Primera edición. Editorial GEDISA. Barcelona. 2007.
- Cucurella, Leonela. “Antropología del ciberespacio”. Ediciones ABYA – YALA. Primera edición. Ecuador. 1999.
- Dirksen, A.J. “Microcomputadores”. Primera edición. Marcombo Boixareu Editores. España. 1984.
- Gussow, Milton. “Fundamentos de electricidad”. Primera edición. McGraw – Hill / Interamericana de México. México.1994.
- Manovich, Lev. “El lenguaje de los nuevos medios de comunicación”. Primera edición. Paidós. Buenos Aires. 2006.
- Palchevich Rodríguez, Diana. “Nuevas tecnologías Web 2.0: Hacia una real democratización de la información y el conocimiento”. Junio 2008.
- Schilling, Donald. Taub, Herbert. “Electrónica digital integrada”. Primera edición. Marcombo Boixareu Editores. España. 1984.
- Tocci, J. Ronald. “Sistemas digitales”. Principios y aplicaciones. Quinta edición. Prentince – Hall Hispanoamérica S.A. México. 1993.
- Varios Autores. “Arte del siglo XX”. Volumen II. Taschen GmbH. Primera edición. Barcelona, Bonn, Colonia. 2005.
- Yto Aranda. Catálogo exposición “Yto Lab”, Artium, Galería de Arte y Centro de Restauración. Barlovento Impresores. 2007.
- Zielinski, Siegfried. “Genealogías, comunicación, escucha y visión”. Primera edición. Ediciones Uniandes. Bogotá. 2007.