Arte y Crítica

Ensayos - febrero 2015

Hambre: potencia, autonomía y emancipación

por Hambre|espacio cine experimental

Hambre es una plataforma virtual que se piensa a sí misma como un laboratorio dedicado a la difusión y reflexión sobre el cine experimental.

Hambre, es un laboratorio dedicado a la difusión y reflexión sobre el cine experimental, un espacio de singularidades que en la pluralidad de sus voces y sus agenciamientos hace posible el surgimiento de un pensamiento de la imagen. Por ello, consideramos que la voz de la manada solo puede ser anónima 1 en tanto diagrama que intenta dar cuenta de una perspectiva, de un modo de aproximación. Nos resistimos aquí a ilustrar ya que le quitaríamos toda la potencia a un encuentro, tan solo intentamos bosquejar un modo de operar en el encuentro con las imágenes. He aquí si se quiere nuestro protocolo, nuestra prudencia y riesgo en la aventura de hacerse en un movimiento siempre vital y creativo con y entre las imágenes.

Potencia
Glauber Rocha con afiche de Cabeça Cortada.

Glauber Rocha con afiche de Cabeça Cortada.

Nuestra originalidad es nuestro hambre. 2 Un hambre que desestabiliza las estructuras, mina los lugares comunes y destierra los puntos de vista unívocos, porque su manifestación es la violencia que sacude e irrumpe sin previo aviso. La deconstrucción de la percepción, la eliminación de un horizonte conocido, la inexistencia de las jerarquías y la primacía de un estado abierto, son las características del cine que nos convoca, que se dice fértil a la vez que precario. Un cine que siempre se encuentra en un entre-lugar donde, desconociendo identidades, hace de su transitar un gesto singular: un paseo constante en el borde, donde nos encontramos con la anomalía.

Ese caminar en el borde implica aceptar el vértigo de la caída. Implica agudizar obligadamente los sentidos para evitarla. Allí, el tiempo se vive como un instante eterno en el que es necesario estar presente en cada paso, asumir el riesgo, a la espera de la aparición de esa imagen que destile su potencia y nos despierte de la anestesia sensorial. Los oídos y la vista descubren así la conexión con un mundo singular en el que las relaciones están construidas a partir de composiciones que potencian nuestra capacidad de actuar. No se trata de revelaciones estéticas sino de movimientos vitales de cuerpos que afectan y son afectados. El cine, como expresión, debe motivar, incomodar, modular; debe presentarse como una forma en constante movimiento precario de cambio. La precariedad debe pensarse como una cualidad que permite hacer emerger en la imagen restos de la vida para forjar las fabulaciones que, desocultando ciertos rasgos de oscuridad, arrojan luz sobre nuestra contemporaneidad.

Afirmamos que “hay films que son respuestas vitales a problemas existenciales y otros que expresan cosas sobre las que no se puede hablar. Hay dimensiones de la imagen que creen poder comunicarlo todo y otras que se sienten en el borde de lo inefable” 3.

Autonomía
Louis Vuitton “Voyages” Exhibition At National Museum Of China in Beijing

Louis Vuitton “Voyages” Exhibition At National Museum Of China in Beijing

“El arte fluctúa como el dinero y este movimiento puede incluso devenir en valor bursátil. Para una sociedad que se sueña rápida, adaptada a los flujos, el arte se ajusta al perfil de objeto del deseo. Y para que esta simbiosis neoliberal sea viable, basta con que el arte se deje absorber, que los artistas renuncien a toda autonomía. No es entonces sorprendente que el academicismo de hoy sea de diseño: chic y plano, de shock y fotogénico”. Este fragmento de la Carta abierta publicada el 20 de octubre del 2014 en la revista Mediapart por artistas e intelectuales entre los que se encuentran los nombres de Giorgio Agamben, Robert Cahen, Georges Didi-Huberman y Jean-Luc Nancy sostiene críticamente el lugar de la resistencia, de la autonomía como espacio de pensamiento y único refugio frente a un mundo que transforma la expresión en mercancía. La condición crítica y la autonomía de pensamiento resultan imprescindibles para poder sostener una postura singular que desarme radicalmente los modelos que paralizan nuestra sensibilidad para convertirnos en meros espectadores pasivos de un modelo que se nos impone. Por eso abogamos por la fuerza incontenible del hambre, ya que lo que nos moviliza es un arte y un cine sin objeto del deseo, en tanto pura producción sin falta que se marginaliza de las normas de la industria, que lucha contra los condicionamientos y las mentiras del mercado y contra la explotación del “exotismo” en geografías “subdesarrolladas”. Perdemos autonomía, cuando el valor monetario le da lugar a la falta.

Como latinoamericanos comprendemos que nuestra problemática no es la misma que la de los países hegemónicos y que si bien podemos compartir la mirada con los filósofos y críticos europeos, incluso la relación con el mercado, la política y la imagen desde estas latitudes posee sus rasgos distintivos. Precariedad, marginalidad y periferia, antes que condiciones subsidiarias del capital que aplasta, se tornan lugares de perversión que pueden desfondar de a pocos la interioridad satisfecha en un movimiento centrífugo. Hambre por corroer la moral y la ley abstracta de los “fuertes”, hambre por ser y estar a la altura de los débiles pero justos, que hacen del poder una inversión, para que la afirmación de la vida pueda tener lugar. Hacer visible lo invisible, aquello que pretende ser borrado, por incómodo y doloroso. Allí es donde el compromiso aparece como una obligación irrefutable… tender una mano, forzar la mirada, ejercer la autonomía desde el mínimo gesto cotidiano que puede devenir idea-fuerza, pensamiento en acto. El cine no deja de ser eso para quienes tienen hambre, un medio de materializar estas condiciones que nos definen en las latitudes marginales del mundo, en estos territorios donde se libran las batallas más injustas, donde la invisibilidad –por ocultamiento– o la visibilidad engañosa –manipulada por un medio masivo que comercia con imágenes– son el riesgo más grande que nos compete dinamitar. La única salida se presenta bajo la lógica de la comunidad 4, como forma activa de participación en la vida y en el arte, donde los intereses vanos y esquivos de “ser es parecer” o “ser es tener” sólo producen violencia y enojo. Por ello, como sostiene Didi-Huberman, resulta imprescindible “elevar el propio pensamiento al nivel del enojo, elevar el propio enojo hasta el nivel de una obra. (…) Para que nos permita abrir los ojos a la violencia del mundo que aparece inscrita en las imágenes”.

Emancipación
Harun Farocki

Harun Farocki

Si somos espectadores de una imagen corremos el riesgo de identificarnos con una apariencia, con una superficie que logra encantarnos. En este primer estadio ignoramos su proceso de producción y la realidad que ésta oculta; también nos vemos relegados a la pasividad del observar. De este modo, parecería que ser espectador nos priva de la posibilidad de conocer y de actuar y nos mantiene en las sombras, en la plena exterioridad, donde rige el espectáculo. Así, nos enfrentamos a la pregunta por la distancia justa frente a una imagen y es donde surge el problema de la emancipación ¿De qué manera logramos tomar distancia de una posición de identificación plena? La emancipación sólo se alcanza cuando el cuestionamiento crítico se activa, cuando las relaciones entre mirar, decir y actuar son sometidas a análisis. Así, cuando se descubren los mecanismos de dominación y sujeción se comprende que la mirada puede ser activa: interpreta, compara, selecciona. Por ello, combatimos por una emancipación estética y sensible donde nuestros sentidos naveguen en nuevos territorios, tracen nuevas relaciones y cuestionen la apariencia como forma del engaño.

Oswald de Andrade

Oswald de Andrade

Si por un lado la emancipación demanda un cuestionamiento crítico de la mirada y sus relación adyacentes, también es cierto que quien lucha por su emancipación siente hambre, siente ganas de devoración. Por ello, sabe que las condiciones para llevar la potencia en y del pensamiento a su mayor grado, no se dan por divergencias, por discrepancias y/o reducciones, sino por encuentros de heterogéneos que hacen de su proximidad y cruce el mayor banquete. Siempre se está “entre” las líneas de fuga, de libertad y de emancipación. Allí, en ese cruce, es donde se tejen en una relación, en el pasaje de una composición dispar/desigual, que nos traerá una diferencia. Oswald de Andrade 5 dirá “Tupi or not tupi – This is the question”. Devorar, rumiar, mal digerir para que un pensamiento mestizo sea nuestra potencia. Antropofagia más que como principio y fin, medio, para que la emancipación y originalidad de un pensamiento amerindio pueda levantarse en la profundidad de una superficie que grita, retumbando, haciendo proliferar ritmos y renovados modos de ver y estar en el mundo.

  1. Cf. G. Deleuze, “Devenir-Intenso, Devenir-Animal, Devenir Imperceptible”, en Mil Mesetas.
  2. Glauber Rocha, “Eztetyka da fome”. “Sabemos nós – que fizemos estes filmes feios e tristes, estes filmes gritados e desesperados onde nem sempre a razão falou mais alto – que a fome não será curada pelos planejamentos de gabinete e que os remendos do tecnicolor não escondem mas agravam seus tumores. Assim, somente uma cultura da fome, minando suas próprias estruturas, pode superar-se qualitativamente: a mais nobre manifestação cultural da fome é a violência. A mendicância, tradição que se implantou com a redentora piedade colonialista, tem sido uma das causadoras de mistificação política e de ufanista mentira cultural: os relatórios oficiais da fome pedem dinheiro aos países colonialistas com o fito de construir escolas sem criar professores, de construir casas sem dar trabalho, de ensinar ofício sem ensinar o analfabeto. A diplomacia pede, os economistas pedem, a política pede: o Cinema Novo, no campo internacional, nada pediu: impôs-se a violência de suas imagens e sons em vinte e dois festivais internacionais”.
  3. Adrián Cangi, Texto curatorial para Realismos de la Precariedad. Muestra Itinerante de Cine Latinoamericano. https://realismos.wix.com/realismos
  4. Toni Negri, (…) “podemos considerar el afecto como una potencia de acción, singular y -al mismo tiempo- universal. Singular porque plantea la acción, más allá de toda medida, que la potencia contenga por si misma, en su propia estructura y en las reestructuraciones continuas que construye. Universal, porque los afectos construyen una comunidad entre los sujetos. El “no-lugar” del afecto se sitúa en el seno de esta comunidad porque esta comunidad no es un nombre sino una potencia, no es una comunidad de constricciones sino de deseo. El afecto ya no tiene nada que ver con el valor de uso porque ya no es una medida sino una potencia y no encuentra límites sino obstáculos a su propia expansión”. Cf. Oswalde de Andrade. “Escritos antropófagos”
  5. Cf. Oswald de Andrade. “Escritos antropófagos”

Categoría: Ensayos

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